Cronología de los hechos:
Lunes 23 de noviembre: última aparición del Encantador de Tacos.
Miércoles 25 de noviembre: Juan, miembro activo del Encantador de Tacos cae al hospital por motivos de salud (solo estuvo dos horas en el hospital, pero sí suena muy dramático).
Diciembre y enero: El Encantador de Tacos entra en un receso indefinido.
Martes 9 de febrero: El Encantador de Tacos vuelve...
¿Por qué paró el Encantador de Tacos?
Quién mejor que yo, Jc, el culpable de este receso, para contestar esta pregunta. Un día cualquiera de noviembre, como muchos de ustedes saben, un dolor en el pecho, junto con otros síntomas nada agradables me obligaron a ir al hospital; el pronóstico: presión muy alta. De esas cosas que no te esperas, que no imaginas, pero así es esto. Lo que me dijo el doctor fue muy sencillo: "tu ahorita estás bien, pero si no haces una vida más saludable, que incluya una mejor alimentación, ejercicio, dejar el alcohol, etc., el día de mañana te puede dar un infarto". Eso fue como un PAAAAAAAAAAAAAAW!!
Así que decidí refugiarme allá muy lejos, donde los monjes tibetanos se refugian, allá muy lejos pues. Dejé lo que más quería, los placeres más grandes como comer y beber, para enfocarme en mi espíritu. Al final del camino, un taco resplandeciente aguardando por mi mejoría; ese taco prohibido, tendría que esperar algún tiempo.
Ya en serio, hablado de esa vida más sana, la dieta terminó afectando a mi entorno, específicamente a mis compañeros Encantadores. La decisión: parar el proyecto del Encantador de Tacos por un tiempo. ¡OJO! eso no significa que el taco no sea saludable, incluso, lo podemos considerar como un alimento benigno, bendito, pero el gran pero aquí, es que en ese momento, era más importante mi salud.
Ahora, con un buen número de kilos menos, sin problema alguno de presión, y trotando 45 minutos al dia, puedo volver al maravilloso mundo del taco. La batalla continúa, pero por ahora, puedo volver un poco al romance que sostengo con los tacos.
Ahora, lo importante:
Tortas y tacos El Güero
Para el reencuentro, el regreso triunfal, teníamos que acudir a una taquería épica. Y lo logramos.
Es curioso como llegamos a El Güero. Nuestro buen amigo Gerardo Camacho alias "G" o "Yi", nos recomendó unos tacos buenísimos de carnitas y chicharrón en Américas y Juan Álvarez. Además, nuestro amigo y experto culinario Marco Flores, ya nos había mencionado sobre las ahogadas del Güero como una de las mejores de la ciudad. Entonces, hoy martes, decidimos seguir la recomendación del G y aventurarnos a conocer esos misteriosos "tacos de carnita y chicharrón". Al llegar, un letrero pintado en la pared que decía "Tortas y Tacos El Güero", nos hizo entenderlo todo (como en Sospechosos Comunes, cuando Chazz Palminteri se da cuenta de que toda la historia que le contó Kevin Spacey es inventada en base a nombres y artículos en su oficina): el G nos mandó con El Güero, y no por las tortas, sino por los tacos. Sabíamos, que habíamos llegado a la tierra prometida.
El Güero te maneja 3 opciones: la torta ahogada, el taco blando y el taco dorado. Haremos caso omiso de la primer opción, la torta ahogada, ya que no es nuestra jurisdicción. El taco dorado ni lo probamos (aunque nos dijeron que hay de papa y frijol, y que están bien buenos). Nuestro objetivo fueron los tacos blandos. Hay de carnita, buche, panza y chicharrón. Y créanme, están buenísimos, sobre todo por la sorprendente aparición del chicharrón.
A partir de las 8 de la mañana y hasta las 4 de la tarde, El Güero y su equipo preparan tacos increíbles: 2 tortillas que sostienen tu elección carnívora (una sola carne o combinado) y para darle el toque arribitivo, una salsa espléndida, de esas que no te encuentras todos los días. Es todo. Los tacos se sirven así nada más, sin la llamada "verdura" o cualquier otro acompañante. Y el resultado es muy bueno, perfecto. Ya en la comodidad de la mesa, platitos de varios tipos de salsa y de cilantro y cebolla te ofrecen la posibilidad de customizar tu taco.
Al acudir a El Güero, acudes a un lugar de mucha tradición familiar, a un lugar de calidad, que sabe combinar dos de los más grandes manjares mexicanos, que son los tacos y las tortas. Gracias a lugares como El Güero, el taco se mantiene en la élite internacional en cuanto a comidas se refiere. Ahora entendemos por qué se llama El Güero... No es por el color rubio de su cabello, sino por los lingotes de carnitas que atesora, por el servicio de 24 kilates y por el sabor dorado de sus tacos. Gracias Güero.